Ayer hizo un día tan feo, gris y lluvioso que ni siquiera habíamos quedado para hoy.
Una llamada a las 8 ha servido para empezar a calentar motores.
Entre mi flojera general (llevo tres meses sin subirme a la Truja) y que ahora el Tío Serpientes va al cole por las tardes, este mes de marzo y el siguiente de abril se presumen de salidas cortas (apenas 25 km, hoy) pero llenas de nuestros puertos más queridos...
Hoy, subida al Morti, al Galze vuelta al Morti, bajada por la cantera, la Font de l´Amigó y para casa. Muy poquito, cierto, pero ha servido para desentumecer los músculos (y entumecer el culo, qué duro es el sillín).
El Tio Serpientes ha ido sobrado como siempre. Yo, así así. Pensaba que me iría peor. He llegado conla rueda pinchada y sin haber encontrado el motivo en casa. Juan sí ha encontrado el pincho. He conseguido subir el Morti, he bajado por pista hasta la Fundació para ir estrenando las pastillas de freno, que eran nuevecitas, y subir el Galze sin mucha dificultad (lento como siempre, pero he subido). Después he subido el Morti de nuevo y he bajado el sendero de la cantera bien, a pesar de que en un momento he conocido la blanditas que son las zarzas, jejeje.
Por las escaleras de la Font de l´Amigó ya lo he tenido más difícil. El primer tramo es complicado como sabemos y después de la fuente ya no llevaba tanta confianza...
Contento. Lástima de no haber organizado la salida con menos improvisación con tal que se hubiese sumado más gente.
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