Hoy los tres más habituales (que no quiere decir que salgamos más, sino que hacemos por quedar y luego escribimos las crónicas) hemos puerteado como era lo previsto para este mes de marzo: Morti sin parar hasta la Fundació (como siempre yo el último), pensábamos comer algo en el Galze pero el Tío Serpientes ha pinchado y mientras ejercía de mecánico, el señor G (de los Fradera de toda la vida) y un servidor, El Gato Volador, hemos comido unas barritas.
Al cruzar la carretera nos encontramos con un cable eléctrico tirado por el suelo consecuencia de la nevada del lunes anterior. Al avanzar hacia el Galzeran se decide por unanimidad variar y suicidarse en el zizag de Balumba-Balumba (y después muerte).
Joer es una subida dura, pero no tanto como la criminal o la inhumana. Tanto uno como otro me la habían vendido como la subida del Último Superviviente (versión José Mota, por cierto), y lo cierto es que se va a convertir en una clásica de MortiroloBtt, pero no es imposible. Era mi primera vez, y me he concentrado al máximo y...uff, sin resuello he llegado arriba. Más duras me parecen las subidas de la Font de Can Gurri y la del Bosc d´en Mates para llegar a nuestra segunda casa, el Galzeran.
Una vez en Nou Pins, subimos al Galze por el camino normal, bajamos por los viñedos hasta Nou pins again, y el señor G (de los Fradera de toda la vida) se despide para volver a casa por su camino. El Tío Serpientes y yo hacemos el sendero de la parte de atrás de la Fundación que va a dar a la pista que sube desde la Cartoixa de Montalegre y desde allí bajamos por el zigzag de Can Ruti y para casa.
A penas 27km, pero tres buenos puertos que es de lo que se trata en estas salidas cortas por nuestros dominios...para fortalecer las piernas.
3 comentarios:
q bueno lo de José Mota, jajaja. te ha gustado?, pues mira el youtube, no tiene desperdicio!
Se agradece que no hayas comentado que en esa subida "no tan dura" hubo quien no tuvo más remedio que poner el pie en un par de ocasiones...
Por cierto, aprovecho para lanzar un enérgico grito de desesperación ante el fenómeno que he venido a denominar "el niño que quería venderse la bici". A este ritmo, el niño en cuestión acabará por inducirme al suicidio.
Si te suicidas que sea en la Renfe. Por elegancia lo digo, porque venirte a nuestra casa a ensuciarnos las vias con tus vísceras...ejem.
Pusieste el pie enel suelo, pero la siguiente vez podrás. No es técnica ni excesivamente empinada. Solo es larga. Seguro que el viernes: Balumba-Balumaba
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