¡Y es que el Montnegre tiene argo espesiá!
En esta ocasión, nos unimos cinco bikers (seis, según Marcelo, que con ese sentido del humor que le caracteriza, decidió que mis posaderas contaban como dos entidades independientes). Concretando, en total eramos: Iván el Terrible, Humphrey alias "Jamfri", Macariete, Verdejín, glúteo Güell 1 y glúteo Güell 2... así que, haced las cuentas vuzotros mismos!
Partiendo de Sant Celoni, subimos por Bomberos hasta San Martí de Montnegre. Yo empecé muy alegre, ignorando que mi cuerpo serrano no estaba para estas lides tras un veranito de cerveza y barbacoas. Desde Sant Martí, la subida que te lleva a la ermita de Santa María tiene su historia. Sinceramente yo, con este "aperitivo", ya tenía bastante. Pero claro, eso de salir en bici con jóvenes sanos, fuertes y hermosos es lo que tiene: hay que seguirles el ritmo como buenamente puedas.
Pequeño apunte melancólico: el árbol milenario caído junto a la ermita de Santa María. Una lástima. Le dedicamos un minuto de silencio y una barrita. Por lo menos ahora puedo subirme en él. Y es que hay que verle siempre el lado positivo a las cosas, como decían los Python.
Nos dirijimos hasta el coll de Can Benet donde Mac sufre una avería: un pedrolo del camino se ha ensañado con el plato grande de su bici. Por suerte, al tratarse de Mac, esta avería carece de importancia. De todos es sabido que el plato grande de la bici de Mac tiene una utilidad meramente decorativa. Si algún día descubriera que ese plato es con el que se va más rápido, probablemente arremetería contra él del mismo modo que hizo la piedra del camino solo para evitar tentaciones. Juan egerció de chapuzas "mani-manitas" y decidió que "lo que el pedrolo rompió, el pedrolo arreglará" y con un par de clancs y pums, Mac ya estaba listo para rodar otra vez.
Ahora tocaba la bajada de Fuirosos. Aquí el amigo "Jamfri" nos demostró sus progresos. Tranquiliza saber que los tropecientos mil euros que se ha gastado en ese peaso pepino de bici le han servido para que no se caiga cada vez que se cruza con una ramita. Mac y yo, en cambio, bajamos a nuestro aire estilo "paseando a Miss Daisy". Esta vez no hubo muchos calcetines mojados: los charcos estaban a un nivel discretito.
Emprendimos la subida a Sant Martí de Montnegre. Yo ya iba petao petao petao. Pero llegué, como un hombre. Comimos a las puertas de la ermita y aproveché para dedicarle un cigarro a Iván alias "el-tabaco-es-peor-que-pegarle-a-un-padre". Yo encendí el cigarro, pero temo que el me encendiera unas velas negras al llegar a su casa.
Tras el papeo, hacia el coll de can Poliva (se llama así ¿no?) y de ahí, todo bajada hasta la zona bucólico pastoril que he bautizado como la fageda d´en Jordà del Montnegre. No tiene nada que ver con la auténtica pero es bonica, oyes. A lo mejor me llevo este finde a mis churumbeles a hacer una excursión.
Eso fue todo amigos. A mi me salieron 45 Kilómetros y principio de almorranas. Pienso que ha sido una buena salida y una mala entrada (en el blog) por mi parte. Lo cierto es que he desvariado un poco (que es, por otra parte, lo que mejor sé hacer) . Es por ello que os envío un link de un tío que se toma las cosas en serio y que describe de una manera infinitamente mejor que la mía, las zonas por las que hemos rodado. Lo tenéis aquí.
Sí, claro: el tío se explica muy bien ¡Pero seguro que no es tan cachondo como yo!
2 comentarios:
Grande Santi, Grande!!!
Gran, gran entrada. Toda una "risión".
Deberías autodenominarte Ministro de Pasos Raros y Escribidor de las Crónicas Mortirolas. Así, por la patilla. Porque lo haces mejor que nadie.
Y con un poquito de suerte hasta aprenderías geografía mortirola. Collet aquí, riera allá, sendero acullá...ah, todo un mundo de despliega ante ti, pichón, truhán que le has robado el corazón al Jamfri.
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