En esta ocasión nuestro punto de partida ha sido la estación de Sant Andreu de Llavaneres. En total, cuatro bikers: Juan, Mac, servidor y el reencontrado Carlos, al que no veíamos desde principios de verano.
Durante el primer tramo he tenido el honor de hacer de jefe de grupo, lo cual tiene fácil explicación: he residido en Llavaneres durante más de veinte años. He guiado a mis amadísimos compis riera arriba hasta la font de Llurita, luego hacia las voltas del Tintorer (camino hacia la hípica) hasta llegar a la pista de Can bruguera-Corredor. La novedad ha sido no coger esta pista, si no encaminarnos por otra (aunque yo diría que es la misma continuación de “les voltes”) que nos ha hecho sufrir un rato largo. Esta pista tiene unos tramos empinadísimos en los que Carlos nos ha demostrado la solvencia que gasta la marca Specialized. Especialized en caídas, diría yo jejeje… La excusa: “no, es que los piñones no me entran bien…” Ya,ya,ya.. y en el tramo más empinado de la cuesta ¡patapúm! Uy que oportuno… Hasta Mac ha subido las cuestas (a velocidad “se diría que voy marcha atrás” pero las sube). Bueeeno, en honor a la verdad hay que decir que una cuesta se le ha resistido pero tenéis que entenderlo: siento una envidia tan malsana hacia la “Speci” de Carlos (y hacia Carlos mismo, porqué no negarlo) que comprenderéis que lance sobre él toda la artillería. Además, aquí se trata de ir machacando a los que se “re-incorporan” ¿o no?
Vale, vale, no me enrollo más. La subida nos ha llevado al segundo punto de avituallamiento que se llama… ¿cómo era, “Macapedia”? -PONER NOMBRE AQUÍ-.
Desde este punto enganchamos la ruta del Open de Arenys con su fabuloso sendero del Santi (con ese nombre no podía ser otra cosa que fabuloso). Al salir del sendero, en cambio, subimos la pista que lleva a la Creu d´en Rupit y de ahí, al Corredor. Al ser viernes, el restaurante está abierto, cosa que invita a que nos metamos una clara entre pecho y espalda. Voy a pagar: “cóbrame tres claras” ,la señora del bar “no, que han sido cuatro” y yo “no, que han sido tres” (Carlitos no bebe porque aún paga los plazos de su Speci) Yo como un tacaño insisto “oiga, que sé contar.” Finalmente he quedado como “el marqués tacaño” ¡Resulta que el señor Mac se había metido dos claras de medio litro en un abrir y cerrar de ojos! Al margen de la rabia que pueda sentir por invitar por partida doble a semejante tipejo os invito a vosotros, esta vez a una reflexión: ¿Qué ocurriría si Mac fuera capaz de subir por las pistas con la misma velocidad con la que ingiere alcohol? ¿Es la pedalada de Mac inversamente proporcional a los lingotazos que se mete? Tal vez la explicación está en la fuerza de la gravedad: al beber todo es “bajada”. Pero bueno, tampoco es que el chico baje con la bici a grandes velocidades que digamos.
Hablando de bajar, hemos vuelto cogiendo un sendero que discurre paralelo a la pista que tenía una zona de piedras “Made in Juanico: las bajo y las disfruto yo solico”. Hemos cogido el sendero que parte un poco más abajo del Coll del Pi d´en Buac y luego hemos vuelto por la pista que lleva a la Riera de Arenys. A medio camino de la bajada, una sorpresa inesperada. Nos hemos encontrado con dos bikers que entablaron amistad con Juan y Mac en la Pedals de Foc. Carles y Jordi estaban subiendo la pista dirección Corredor (vaya horas) con la intención de vaciar literalmente el bar en cuanto llegaran. Realmente, ha sido casualidad llegar a encontrarnos ahí en medio, teniendo en cuenta la cantidad de senderos, pistas, idas y venidas que hemos hecho. Hemos charlado, hemos recordado las extravagancias del Humprey (hombre que deja más huella que la colonia Brummel, por lo que estoy viendo) y hemos acordado mantener el contacto para futuras salidas.
Nuestra última subida ha sido la pista que lleva al Turó de Ca l´amar… o como se escriba... mira, voy a llamarle turó del Calamar directamente que es el término que uso coloquialmente. Subida durilla ¿eh? Menos mal que la pista estaba arreglada. Aquí añado, por obligación, un comentario que Juan me ha exigido incluir. Nuestro chulito ha decidido subir la última cuesta a lo grande y exprimirse a tope. Nos ha sacado dos minutos y medio de diferencia a mi y a Carlos y ¡ocho minutos y medio a Don “Voy-Marcha-Atrás”! Su sonrisa de satisfacción era como pa partirle los dientes. En fin, cosas que hay que aguantar del niño…
Finalmente hemos bajado el sendero del open que parte del Turó hasta la riera de Arenys y de ahí a la estación y cap a casa. Una salida satisfactoria y entrañable, con Carlos y su Speci mordiendo el polvo a cada cuesta.
PD: No me mandéis más que haga las crónicas del blog que ya véis lo que pasa. Me enrollo, me enrollo… ¡Si es que soy peor que la Elena Francis!
3 comentarios:
No fueron dos minutos y medio, fueron 2'20". Santi dice que podría haber apretado más, y tiene razón, si hubiera apretado a tope no le habría sacado tanto, solo 2'15".
Bromas a parte, una salida muy chula, con la primera subida espectacular, las bajadas por los senderos ya conocidos, y uno nuevo de "pura roca que a mi me encanta". Y además, un reencuentro muy divertido, que ilusión!
Chavá tu a mí a arcohólico no me vas a ganá.
Y por favor, me he sentido ofendido: no me llames señor Voy-Marcha-Atrás, que parece un coitus interruptus!!!
Llámame señor Pedaleo-Marcha-Atrás que se ajusta a la verdad, todo sea dicho.
Publicar un comentario